Finalmente se acabó el año. Para despedirlo, elegí dejarlos en compañía de la sabiduría de mi santito preferido, el mártir Peperino Pómoro, cuyas parábolas recitaba el cura párroco de "Todos juntos en capilla".
Disfrutemos sus ricas enseñanzas.
Queridos televidentes como estáis como os sentéis hoy, día de gastritis peperianal en que con verdadero teflón, hondo tazón y fuerte claxon nos contripamos para rememorar todos juntos la primera indigestión del mártir Peperino Pómoro en el quincho de Bala.
Ya en la parábola del chancho asado a las brasas y adobado el mártir Peperino se encuentra con sus discípulos Libe, Tome, Lamí, Subí, Baje, Fui, Volví, Pipo, Papo, Pepe, Pepa y Pipa y les dice: "id y traedme un chancho, por que hoy somos todos los que estamos y estamos todos los que somos" y dicho esto se fueron en busca del chancho y Peperino dijo: "que se haga el fueguito" y bajo una enorme bola de fuego que cayo sobre la tierra y prendió una bolsa de cuatro kilos de carbón vegetal y el fuego se hizo y al segundo día dijo: "poned la carne" y la carne la pusieron y al tercer día dijo: "abran el vinito" y el vinito fue abierto y al cuarto día dijo: "pinchad los chorizos" y los chorizos se desgrasaron y al quinto día dijo: "pongan la morcilla" y se la morfaron y al sexto día dijo "traigan el pancito, que bueno que esta esto" y fue así como todos comieron y se morfaron todo el chancho, las achuras y al séptimo día durmieron y descansaron y se levantaron después del medio día tipo doce, doce y media y se levantaron todos juntos y se comieron las sobras y todos celebraron alrededor de las sobras. Sobras del latín Sobarum Sob: sopa Arum: ahora, el que ora, el que ora ahora frente a la sopa.
Entonces quisiera que nos despidamos todos juntos con una reflexión del librito de oración el matinal para comer y descansar y ayunar antes de morfar que dice: "Opa opa opa que rica esta la sopa".
Ahora queridos televidentes para despedirnos nos vamos cantando el salmo numero ocho de nuestro librito cantate algo Peperino que dice: "Osana, osana, osana, colita de rana sino sana hoy, sanará mañana", y hasta la próxima querido televidente.
Feliz año para todos.
En diciembre de 1914, la contienda estaba en un virtual impasse. Los germanos no habían podido tomar París, y en su posterior carrera hacia la costa se habían encontrado con la férrea resistencia anglo-belga en torno al pueblo de Ypres.
El Papa formuló un dramático llamamiento a la paz, el cual no fue tenido en cuenta por los beligerantes.
El 24 de diciembre circuló la siguiente orden entre los batallones ingleses: "Informes fidedignos indican como posible que el enemigo planee un ataque para las noches de Navidad o Año Nuevo. Se debe mantener una vigilancia especial en esas fechas".
Los germanos tenían la costumbre de llevar árboles de Navidad a sus casas y adornarlos (no era tan común como es hoy). Para esa Navidad en particular el ejército envió arbolitos a todas las tropas del frente. El regimiento alemán de Guardias Sajones(católicos) tenían varios de estos arbolitos. Del otro lado, los hombres del segundo regimiento de guardias escoceses, al ver las luces, pensaron que era el preludio del tan esperado ataque y empezaron a disparar. Sin embargo se encontraron con algo desconcertante: los supuestos atacantes no respondían el fuego. Y así en la noche del 24, se dio un fenómeno que los testigos aún recuerdan: el frente estaba en total silencio. Solo se oían esporádicos cantos navideños provenientes del lado germano.
Pero el asombro no terminaba ahí. Más tarde, los azorados escoceses oyeron voces que los llamaban desde el lado germano, en un inglés con un fuerte acento. La propuesta que gritaban los soldados era muy sencilla:
"You no shoot, we no shoot." (si ustedes no disparan, nosotros no disparamos).
En general, los alemanes encabezaban las informales propuestas de paz. En otros lugares del frente los soldados desplegaban carteles con la leyenda "Merry Christmas"(feliz navidad). Algunos soldados alemanes se animaron a salir al descubierto, en la noche, para intercambiar cigarros o chocolates con los asombrados ingleses. En general, primero se pactó una pausa para recoger a los caídos que estaban en la tierra de nadie, y luego confraternizar.
Al despuntar el día 25 los oficiales de los batallones no daban crédito a sus ojos. En la tierra de nadie decenas de soldados espontaneamente salían de las trincheras, totalmente desarmados, para estrechar las manos de sus enemigos e intercambiar todo tipo de obsequios: chocolates, cigarros, botones, cerveza, cognac, diarios, incluso fotografías familiares. Incluso el regimiento de Sajones le regaló a los escoceses un tonel de cerveza, en muestra de buena voluntad. Llegaron a organizarse varios partidos de fútbol, con pelotas verdaderas o improvisadas con lo que fuese.
La tregua siguió durante toda la noche, aunque los altos mandos, al enterarse, dieron orden de terminar con la confraternización(aunque muchos oficiales hicieron la vista gorda).
La mañana del 26 terminó la tregua. En algunos lugares duró incluso hasta fin de año.
Esta es una historia extraña, única, aunque esperemos no irrepetible. La primera guerra mundial fue un verdadero holocausto; el primer día de la batalla del Somme(1916) los ingleses tuvieron 57.000 bajas, que al culminar la ofensiva aumentaron a 400.000, por una ganancia territorial de 11 km.
De las historias que leí de Navidad, esta es la que más me llegó. Tal vez por lo desusado; acaso porque refleja el verdadero espíritu de la Navidad: un momento en el que reina la paz. No para los católicos ni para los musulmanes, sino para todos los hombres de buena voluntad.
El año va llegando a su fin. En lo personal, seguramente es tiempo de reflexiones, de balances. Pero también en lo laboral es tiempo de recapitulaciones. En esta época es común tener que presentar informes sobre seguimiento de proyectos realizados en el año, evaluaciones de desempeño, propuestas para el año venidero, etc.
Para esos momentos en que el verbo brilla por su ausencia.
Para cuando el cursor acusador titile en nuestras pantallas por un largo tiempo.
Para cuando la inspiración muera en nuestros dedos...
¿para qué estoy yo, mis queridos amigos?. En esta nueva sección de servicios a la comunidad les dejo esta reedición de la máquina de hacer discursos. Con ella obtendrán un discurso válido para cualquier actividad. Pomposo, grandilocuente y absolutamente carente de todo significado.
TU ME QUIERES alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Alfonsina Storni
Tu me quieres blanca