28 de Mayo del 2004
Tras el dolor siempre hay un alma
Tessa creía que la búsqueda irresponsable del beneficio empresarial está destruyendo al planeta, y en particular a los países emergentes. Bajo la falsa apariencia de inversión, el capital occidental deteriora el medio ambiente autóctono y fomenta el ascenso de las cleptocracias. A eso se reducía su razonamiento. Hoy en día apenas puede considerarse radical. De hecho es una opinión muy difundida en los pasillos de la comunidad internacional.
Por el mismo razonamiento, las ayudas al tercer mundo son una forma de explotación bajo otro nombre. Los beneficiarios son los países que prestan dinero con intereses, los políticos y funcionarios africanos que se embolsan sustanciosos sobornos y los contratistas y proveedores de armas que se llevan pingües ganancias. Las víctimas son el hombre de la calle, el desarraigado, el pobre y el más pobre. Y los niños sin futuro.
John Le Carré
El jardinero fiel
Me impresionó. Aunque a veces la realidad supera a la ficción.
El año que viene podremos ver la versión en cine dirigida por Fernando Mireilles (La ciudad de Dios), protagonizada por Ralph Fiennes y Rachel Weisz.
Y en la vida real, el hombre habla... ¡y cómo!.
Vale comentar si no leí los links? ahora los leo... temo que se me cuelgue la pc jaja
Escrito por Maga a las 29 de Mayo 2004 a las 05:18 AMPor supuesto que vale. Los enlaces son extensiones, referencias, historias conexas; el post no pierde sentido si no los lees.
El texto, ¿qué te pareció?. Lo que plantea es cierto, es muy radical, es todo falso...
Escrito por Asterion a las 29 de Mayo 2004 a las 05:31 AM¿Me das opciones? ¿cierto, radical o falso? ¿ta te ti? Hablando en serio... lo que plantea es muy serio. Queda como un comentario menor, no es la intención
Escrito por Maga a las 29 de Mayo 2004 a las 06:28 AMEs serio. Pero no necesariamente es cierto.
En cualquier biblioteca podés encontrar montones de libros defendiendo las virtudes del capitalismo. También encontrar opiniones como la expuesta.
Me interesa saber qué piensan los demás.
No me atrevería a decir que el capitalismo está mal. Si creo, como los antiguos griegos, que toda virtud cultivada en exceso es un pecado.
Siendo el objetivo principal del capitalista la acumulación de capital, debe existir un factor moderador que proteja a los consumidores de los excesos. Este factor es el Estado. Su ausencia o desidia permite los abusos y la explotación.
En nuestro país, durante la década pasada tuvimos un auge privatizador en clara oposición al estatismo y las prebendas del "papá Estado". No veo que la gente viaje mejor que antes en los trenes privatizados. Los concesionarios violan los contratos y se limitan a no pagar las multas que el Estado les impone con tal de no invertir.
Los problemas que vamos a tener este invierno con la energía son otra cara del capitalismo descontrolado. Las empresas del sector prefieren exportar el gas y no les interesa si una gran parte del país tendrá problemas por eso, y el Estado no cuenta con legislación que le permita manejar la situación.
Coincido con Le Carré en que la cara más dura del capitalismo es la industria farmacéutica y su cruzada en defensa de los "derechos de propiedad intelectual". Sin importar que mueran de sida millones de personas que podrían ser tratados con los medicamentos existentes.