Ya he dicho que el alma no vale más que el cuerpo,
Y he dicho que el cuerpo no vale más que el alma,
Y que nada, ni Dios, es más grande para uno que uno mismo,
Que aquel que camina sin amor una legua siquiera, camina amortajado hacia su propio funeral,
Que tú o yo, sin tener un centavo, podemos adquirir lo mejor de este mundo,
Que el mirar de unos ojos o el guisante en su vaina confunden el saber que los tiempos alcanzan,
Que no hay oficio ni profesión tan bajos que el joven que los siga no pueda ser un héroe,
Que el objeto más frágil puede servir de eje a todo el universo,
Y digo al hombre o mujer que me escucha:
"Que se eleve tu alma tranquila y sosegada ante un millón de mundos."
Y digo a la humanidad: "No te inquietes por Dios,
Porque yo, que todo lo interrogo, no dirijo mis preguntas a Dios,
(No hay palabras capaces de expresar mi postura tranquila ante Dios y la muerte.)
Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no le comprendo,
Ni entiendo que haya nada en el mundo que supere a mi yo.
¿Por qué he de desear ver a Dios mejor de lo que ahora le veo?
Veo algo de Dios cada una de las horas del día, y cada minuto que contiene esas horas,
En el rostro de los hombres y mujeres, en mi rostro que refleja el espejo, veo a Dios,
Encuentro cartas de Dios por las calles, todas ellas firmadas con su nombre,
Y las dejo en su sitio, pues sé que donde vaya
Llegarán otras cartas con igual prontitud.
Se borran el pasado y el presente, pues ya los he colmado y vaciado,
Ahora me dispongo a cumplir mi papel en el futuro.
Tú, que me escuchas allá arriba: ¿Qué tienes que decirme?
Mírame de frente mientras siento el olor de la tarde,
(Háblame con franqueza, no te oyen y sólo estaré contigo unos momentos.)
¿Que yo me contradigo?
Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué?
(Yo soy inmenso, contengo multitudes.)
Me dirijo a quienes tengo cerca y aguardo en el umbral:
¿Quién ha acabado su trabajo del día? ¿Quién terminó su cena?
¿Quién desea venirse a caminar conmigo?
Os vais a hablar después que me haya ido, cuando ya sea muy tarde para todo?
Walt Whitman.
Canto a mí mismo.
Para Manón, mi corresponsal en España.
Yo soy inmenso, contengo multitudes. Me hizo acordar a Girondo con su cuento de las mil personalidades. Y si, es verdad uno va siendo diferentes personas a lo largo de la vida, pero también en un mismo momento, cuántas pulciones luchando por eclosionar desde adentro de uno, no ?
Y yo también me contradigo..... muchas veces.
Qué feliz me hace recibir su cálida visita!.
En este caso Whitman se refiere a las personalidades que luchan dentro nuestro al mismo tiempo. ¿Razón o sentimientos?. Imposible decantarse por uno u otro bando.
Nota de Asterion:
Se refiere al cuento 8 de espantapájaros, de Oliverio Girondo. Imperdible.
Dios está en todas partes. Aburre un poco.
Besos angelicales.
Escrito por DudaDesnuda a las 4 de Marzo 2005 a las 08:08 PMRecuerdo una vieja edición bilingüe del "Canto a mí mismo", leída de chica (por supuesto, del lado que estaba en español). Éste es el verdadero mago Walt, no el Disney ese.
Escrito por Minerva a las 5 de Marzo 2005 a las 06:17 PMme parece que al estar Dios en todas partes y al reflejarse en todo lo que nos concierne se transforma en un posible zahir
Escrito por alon a las 6 de Marzo 2005 a las 06:10 AMCasualmente hoy a la tarde leí un cuento titulado El Zahir. Yo no sabía que era eso; antes del final del cuento me enteré. Y ahora como por casualidad leo esto, y me pregunto: ¿hay casualidades, o justamente ahora y por algo que no sé tenía que enterarme de todo esto para que algo ocurra, que tampoco sé, mañana?
Escrito por DAVID a las 7 de Marzo 2005 a las 03:11 AMZahir, en árabe quiere decir notorio, visible, en tal sentido, es uno de los noventa y nueve nombres de Dios. La plebe, en tierras musulmanas, lo dice de los seres o cosas que tienen la terrible virtud de ser inolvidables y cuya imagen acaba por enloquecer a la gente.
P.D. Como nosotros ya estamos locos, el último riesgo no lo corremos.
Besos y virtudes.
Escrito por DudaDesnuda a las 7 de Marzo 2005 a las 06:47 PMMi estimada Duda, Dios te aburre pero te sabés sus noventa y nueve nombres!.
Es la repetida contemplación del Zahir lo que aliena a la gente. Es decir, quien observa al Zahir no puede olvidarlo y está condenado a evolcarlo permanentemente, hasta que sólo percibe al Zahir.
Como observa Borges, decían los adeptos al sufismo que para perderse en Dios era menester repetir incansablemente sus noventa y nueve nombres hasta que ya nada quieran decir. Acaso tras estos esté Dios.
Bienvenida Minerva!.
Me hiciste reír con Walt. Yo también lo leí de una edición vieja, comprada por mi madre en la primera feria del libro de la que tengo memoria.
Ya estoy yendo a visitarte.
Bienvenida alon. El concepto de Zahir se asocia más a cosas materiales (un tigre, una persona, o una moneda de veinte centavos en el libro de Borges).
Aunque hay gente que ha cometido locuras en nombre de Dios.
El Zahir es un cuento de Borges, del libro El Aleph.
Podés encontrar más del cuento en
http://zahir.zonalibre.org/archives/053672.html
A veces es curioso dónde nos llevan los infinitos caminos del azar. O acaso, como decía Schiller, la casualidad no existe y lo que parece al azar viene de las fuentes del destino.
entre a esta pagina por equivocacion pero despues de leer esto no me arrepiento pues pocas veces se lee algo que exprese un mensaje tan bonito como lo anterior, soy catolica creyente, pero no muy debota solo busco a Dios cuando me encuentro en problemas. Esto es algo que verdaderamente llena el alma seria bueno que no lo enviaramos entre amigos pues es algo diferente a los correos de porno o a los que muestran las cavalidades del mundo esto es algo super y diferente. bueno ahi les dejo ese apunte bye.
Escrito por jessica alejandra arciniegas reyes a las 11 de Abril 2008 a las 03:02 AM